Vuelve a disfrutar de tu comida
¿No te apetece comer en este momento? Los efectos adversos de los tratamientos oncológicos, como la quimioterapia, o el propio tumor, a menudo afectan tu apetito y tu bienestar general. He aquí algunos consejos para contrarrestar la pérdida de apetito.
Los pequeños bocados también cuentan!
En primer lugar, no te presiones a ti mismo respecto a la comida. Los pequeños bocados también cuentan. Muchos pacientes con cáncer tienen problemas para comer tres comidas copiosas al día. Por tanto, cambia tus hábitos de tres comidas abundantes a entre seis y nueve aperitivos ligeros. Añadir más porciones, pero más pequeñas, a tu dieta diaria puede hacerla más llevadera.
¿Cómo puedo acordarme?
Utiliza tu astucia y coloca aperitivos por toda la casa, listos para comer y apetitosos. Llena el refrigerador con productos deliciosos. Si necesitar ser más organizado, puedes elaborar un plan y establecer alertas como recordatorio. Se ha demostrado que un ritmo de comer cada 2 horas es eficaz, es decir: desayuno a la 8:00 a.m. primer almuerzo a las 10:00 a.m., segundo almuerzo a las 12:00 a.m., comida a las 2:00 p.m., etc.
¿Qué puedo hacer para disfrutar de las comidas?
Intenta hacer que la comida te resulte atractiva de nuevo. Sabemos que el sentido del gusto no solo está en la lengua, sino también en la mente y en los recuerdos. Cuando ves un plato muy bien presentado sientes que, con solo mirarlo, ya lo puedes saborear. Aprovecha ese efecto. Haz que la comida sea una fiesta para tus ojos. Tómate tiempo para prepararla.
Crea una atmósfera agradable; por ejemplo, decorando la mesa. Extiende un mantel, enciende algunas velas, pon música de fondo... utiliza todo aquello de lo que te guste rodearte.
Date un capricho
Prepara alimentos frescos y de calidad que, de otro modo, no te habrías permitido. Las hierbas frescas estimulan tus sentidos y te llevan a un viaje de descubrimiento culinario.
Evita los olores que salen de la cocina
¿No puedes soportar el olor de algunos alimentos? Cuida todos tus sentidos y trata de descubrir que olores todavía te resultan agradables. Puedes empezar comiendo verduras crudas y después, poco a poco, ir cocinando los alimentos conforme tu aversión a los olores disminuya.
A ciertos pacientes les resultan útiles los servicios de comidas a domicilio, ya que evitan cocinar y los consiguientes olores en casa. Hay una gran variedad de comidas que se entregan a domicilio, por lo que puedes crear la variaciedad que resulte adecuada para ti.
Utiliza todos tus sentidos
El disfrute requiere concentración. Centra toda tu atención en el sabor de la comida. Leer el periódico, ver la televisión, mirar el teléfono o el portátil, te impide percibir realmente lo que estás comiendo.
Comparte las horas de las comidas con los que más quieres
¿Te gusta disfrutar de las comidas en compañía de tu familia o tus amigos? Incluso si no eres capaz de comer mucho, todavía puedes compartir estos momentos con ellos y hablar de temas interesantes en una atmósfera relajada. Pero evita a las personas y los temas que no sean buenos para ti. Asegúrate de que aquellos a los que más quieres conocen de qué temas te gusta hablar y cuáles prefieres evitar.
