INTOLERANCIA A LA LACTOSA
SENTIRSE MEJOR

Intolerancia a la lactosa: ¿de repente ya no toleras la leche?

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Mejor un cambio que renunciar a la leche.

 

La lactosa es el azúcar de la leche y forma parte de muchos productos lácteos, además de la leche, como la nata, algunos tipos de queso y yogur, o los capuchinos, pero también está presente en muchas salsas y dulces como el chocolate o los productos de repostería como los gofres. Se calcula que aproximadamente el 70-75% de la población humana no puede digerir o absorber la lactosa. Puede ser por distintos motivos...

La cirugía gastrointestinal y la quimioterapia pueden desencadenar una intolerancia al azúcar de la leche (lactosa). La intolerancia a la lactosa inducida por el tratamiento oncológico puede durar solo lo que dure el tratamiento, pero también puede persistir durante semanas o meses después de finalizado, e incluso ser para toda la vida. Los síntomas típicos difieren en intensidad (de leves a intensos) y tipo de respuesta (desde gases a calambres y diarrea). 

 

¿Qué puedes hacer?

Sustituir los productos lácteos 

No tienes por qué renunciar por completo a los lácteos. Toma pequeñas porciones de lácteos fermentados como yogur, requesón y kéfir o productos bajos en lactosa como los quesos duros (parmesano, suizo o cheddar). En muchos casos son más fáciles de tolerar que la leche. Alternativas sabrosas a la leche de vaca son las bebidas de arroz, almendras o soja. Dales una oportunidad: son buenas si te sientan bien.

Muchos supermercados disponen también de una amplia variedad de productos sin lactosa. 

Compensa con enzimas  

Una buena idea puede ser tomar cápsula de lactasa, la enzima que degrada la lactosa durante la digestión. Utiliza productos de sustitución solo después de consultar con tu dietista/nutricionista.